La tarima aporta calidez, elegancia y confort a cualquier vivienda, pero también requiere un cuidado especial para que luzca impecable con el paso del tiempo. Con estos 6 consejos para limpiar la tarima de casa aprenderás a protegerla de la humedad, las rayaduras y el desgaste diario, alargando su vida útil sin esfuerzo innecesario.
1. Barrer o aspirar a diario: el primer escudo contra rayaduras
El polvo, la arena o las pequeñas piedras que entran desde la calle actúan como lija al pisarlas. Barre con una mopa de microfibra o aspira con un cabezal de cerdas suaves al menos una vez al día. Evita cepillos duros, ya que pueden dejar marcas en la superficie de la tarima. Si tienes mascotas, refuerza la frecuencia en las zonas de más tránsito para evitar que las uñas arrastren la suciedad.
2. Fregar con muy poca agua y jabón neutro
El mayor enemigo de la tarima es el exceso de humedad. Prepara un cubo con agua templada y solo unas gotas de detergente neutro. Escurre bien la fregona hasta que quede casi seca y pásala en el sentido de las vetas. No uses productos abrasivos, ni amoniaco ni lejía, ya que pueden dañar el barniz o el acabado protector.
3. Seca inmediatamente los derrames
Un simple vaso de agua derramado puede hinchar las juntas de la tarima si no se actúa rápido. Ten siempre a mano una bayeta de microfibra seca para retirar cualquier líquido. En caso de manchas persistentes como vino o café, limpia con un paño ligeramente humedecido en agua y jabón neutro, y seca de inmediato con otra bayeta.
4. Protege las zonas de mayor uso
Coloca alfombras o felpudos en entradas y pasillos, y usa protectores de fieltro en las patas de muebles y sillas. Estas pequeñas medidas evitan rayaduras y desgaste en las zonas más transitadas. Si hay niños en casa, una alfombra de juego también ayuda a preservar la superficie mientras proporciona comodidad.
5. Mantén la temperatura y humedad estables
Los cambios bruscos de temperatura o de humedad pueden dilatar o contraer la tarima, provocando juntas abiertas o crujidos. Mantén la vivienda entre 18 °C y 24 °C, y con una humedad relativa de 40–60 %. En climas muy secos, un humidificador puede ser un gran aliado; en zonas húmedas, ventila bien para evitar condensaciones.
6. Programa limpiezas profundas periódicas
Además de la rutina diaria, conviene realizar una limpieza más a fondo cada cierto tiempo, incluyendo pulido o aplicación de aceites o ceras específicas según el tipo de tarima. Si no quieres preocuparte por técnicas y productos, puedes contar con especialistas en tu zona como Limpiezas Alcantarilla, expertos en limpieza de casas y pisos en Alcantarilla y alrededores, que aplican tratamientos seguros para madera y suelos laminados.
Consejo extra: revisa el tipo de tarima
No todas las tarimas se cuidan igual. La tarima maciza admite aceites y ceras nutritivas; el laminado requiere productos neutros específicos que no dejen película. Consulta siempre las indicaciones del fabricante antes de probar un limpiador nuevo.
Aplicar estos 6 consejos para limpiar la tarima de casa garantiza que la belleza natural de tu suelo se mantenga intacta, convirtiendo cada estancia en un espacio cálido y elegante durante años.


